Luxación de rótula en perros: diagnóstico, tratamiento y más
Perros

Luxación de rótula en perros: diagnóstico, tratamiento y más

El desplazamiento de la rótula de su posición normal es muy común en los perros. Aunque las razas pequeñas o toy como los chihuahuas, yorkshire terriers y spitz son las más susceptibles a esta patología, también puede presentarse en otras razas de perros.

En algunos casos, una rótula luxada se trata con fisioterapia y/o medicación. Pero si la condición del perro es grave y le causa un dolor intenso, es posible que se requiera cirugía.

¿Cómo ocurre una rótula de luxación en perros?

Una dislocación ocurre cuando la rótula (o rótula) de un perro, que normalmente se encuentra en el surco del fémur, se desplaza de su posición normal. Puede ocurrir en una o ambas patas traseras. En la mayoría de los perros de razas pequeñas, este desplazamiento se produce medialmente o hacia el interior de la extremidad. La luxación de rótula en perros puede ser lateral, pero esto es menos común y generalmente ocurre solo en razas más grandes.

En el caso de una rótula dislocada en un perro, es posible que note una cojera que "rebota" o que las patas se bloquean en un ángulo extraño. Una vez que la rótula vuelve a su lugar, el perro vuelve a la normalidad como si nada hubiera pasado.

La luxación de rótula en perros puede ser el resultado de un traumatismo, pero se asocia más comúnmente con anomalías congénitas o cambios esqueléticos durante el crecimiento. Estos cambios conducen a un cambio en la fuerza de impacto sobre la rodilla y, como resultado, a una dislocación de la rótula.

Luxación de rótula en perros: diagnóstico, tratamiento y más

Grados de luxación de rótula en perros

La dislocación de la rótula en perros es diagnosticada por un veterinario ortopédico en función de los resultados de un examen clínico mediante palpación y está determinada por el grado de dislocación. Al establecer el grado de luxación, se observa un grado diferente de cojera.

  • Grado I: la rótula se desplaza de su posición normal solo con el impacto físico, y después de que cesa el impacto, regresa. El grado I generalmente se descubre incidentalmente en un examen por un veterinario y no presenta síntomas clínicos.
  • Grado II: la rótula se desplaza espontáneamente de su posición normal por el impacto físico. Cuando la rótula deja su posición normal, se observa cojera periódica y, en caso de daño del cartílago causado por dislocaciones frecuentes, aparecen sensaciones dolorosas.
  • Grado III: permanentemente la rótula está fuera del bloque del fémur, pero puede ser devuelta a su posición normal con la ayuda de un impacto físico. Al mismo tiempo, cuando se detiene el impacto, la rodilla se vuelve a desplazar. Debido a cambios en la estructura de las extremidades y/o daño al cartílago como resultado de dislocaciones repetidas, este grado se manifiesta por un dolor más intenso y cojera constante.
  • Grado IV: la rótula está permanentemente dislocada y no se puede restablecer manualmente. Por lo general, hay cambios severos en la estructura de las extremidades, que con el tiempo conducen a la cojera y otras deficiencias de la movilidad, así como al deterioro de la función de las extremidades.

Algunos perros con luxación de rótula pueden tener una ruptura simultánea del ligamento cruzado craneal, lo que se denomina desgarro del ligamento cruzado anterior en medicina humana.

Luxación de rótula en perros: tratamiento

Los métodos de tratamiento de esta patología en perros varían desde el tratamiento conservador hasta la intervención quirúrgica, dependiendo del grado de luxación.

Más comúnmente, las dislocaciones de grado I y II se tratan con analgésicos y antiinflamatorios, control de peso y restricción del ejercicio. En tales casos, se puede utilizar la fisioterapia, ya que puede ayudar al perro a recuperar la masa muscular y volver a los niveles normales de actividad. Algunos perros con dislocación de grado II que tienen dolor intenso debido al daño del cartílago y que tienen una cojera severa pueden beneficiarse de la cirugía para mejorar su calidad de vida. La cirugía generalmente está indicada para la luxación de la rótula de grado III y IV porque dicha dislocación provoca una cojera notable y un dolor intenso.

Las opciones de tratamiento quirúrgico para la luxación de rótula en perros se dividen en corrección de estructuras óseas o tejidos blandos. Independientemente del tipo de cirugía, el objetivo general es corregir el mecanismo del cuádriceps. Esto permitirá que la rótula se mueva normalmente y permanezca en el surco del fémur. Los procedimientos quirúrgicos comunes incluyen:

  • Profundización del bloqueo del fémur.
  • Desplazamiento de la rugosidad de la tibia.
  • Fortalecimiento de la cápsula de la articulación de la rodilla.

Si ambas extremidades traseras del perro están afectadas, el médico generalmente prescribirá un tratamiento quirúrgico por etapas, comenzando con la cirugía en la rodilla más afectada.

Para una mejor cicatrización de heridas, el perro deberá usar un vendaje o vendaje suave durante 3 a 5 días con ejercicio limitado durante aproximadamente 4 a 8 semanas después de la cirugía. Durante el período de recuperación del perro, las caminatas deben limitarse a caminatas cortas hasta el baño con correa, y el espacio en el hogar debe limitarse con una jaula o una habitación pequeña para controlar la actividad. La fisioterapia puede ayudar a reducir la pérdida de masa muscular en la extremidad afectada y ayudar al animal a volver a los niveles normales de actividad más rápidamente.

El futuro de un perro con luxación de rótula

Afortunadamente, muchos perros con esta afección no necesitan cirugía para volver a una vida normal y activa. A veces es suficiente para ellos simplemente reducir la actividad física o someterse a un curso de fisioterapia. Pero incluso si la mascota necesita cirugía, la rehabilitación lleva poco tiempo. Lo más probable es que, unos meses después del tratamiento, el amigo de cuatro patas esté tan activo como antes.

Deje un comentario