Cómo un gato cambió mi vida
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Cómo un gato cambió mi vida

Hace un año, cuando Hilary Wise adoptó a la gata Lola, aún no sabía cuánto cambiaría su vida.

La familia de Hilary siempre ha tenido mascotas y ella se llevaba bien con ellas desde pequeña. Le encantaba vestir a los gatos con ropa de bebé y a ellos les encantaba.

Ahora, dice Hilary, una relación especial con la pequeña belleza esponjosa la ayuda a sobrellevar las ansiedades cotidianas.

La vida "antes"

Antes de que Hilary le quitara a Lola a una amiga que se iba del estado, sentía que su “estrés se acumulaba cada vez más: tanto en el trabajo como en las relaciones”. Prestó demasiada atención a las valoraciones de los demás, especialmente cuando sentía que su “rareza” le impedía conectarse con la gente.

“Había mucha negatividad en mi vida”, dice Hilary, “pero ahora que tengo a Lola, no hay lugar para la negatividad. Ella me enseñó mucho a aguantar y mucho a ignorar”.

Hilary dice que lo que más la cambió fue el enfoque de vida de Lola. Al ver con qué calma su amigo peludo mira el mundo, la niña se deshace gradualmente del estrés.

Hilary explica que lo que más la ayudó fue su nueva capacidad de “tolerar e ignorar”, por ejemplo, las evaluaciones de los demás. “Cosas que antes me parecían tan importantes simplemente se evaporaron”, dice con una sonrisa. “Me detuve y pensé: ¿Vale la pena enfadarse por esto? ¿Por qué parecía tan importante al principio?

Cómo un gato cambió mi vida

Hilary, decoradora de tiendas, cree que la influencia positiva de Lola tocó todos los aspectos de su vida. A la niña le gusta trabajar en una tienda que vende joyas y regalos únicos. Esta profesión le permite mostrar creatividad e implementar ideas originales.

“Solía ​​prestar mucha atención a las opiniones de los demás”, admite Hilary. “Ahora, incluso si Lola no está, sigo siendo yo mismo”.

miembro de la familia

Cuando Hilary y su novio Brandon se llevaron a Lola por primera vez, tenían que ganarse su amor.

La gata atigrada y de cara dulce, que entonces sólo tenía tres años, era antipática y distante de la gente (tal vez, cree Hilary, el dueño anterior no le prestaba suficiente atención), tan diferente como el cielo y la tierra de la gato amistoso y activo en el que se convirtió.

En ese momento, Hilary llevaba ocho años viviendo sin un gato, pero sus habilidades para cuidar mascotas regresaron rápidamente. Se propuso conquistar a Lola y decidió abordar la construcción de estas fatídicas relaciones con toda responsabilidad. “También quería que ella me prestara atención”, reflexiona Hilary. “Dale tiempo a tu gato y te responderá lo mismo”. Ella cree que a las mascotas peludas no es necesario enseñarles cariño y alegría, basta con “simplemente estar” con ellas. Los gatos necesitan atención y pueden hacer todo tipo de cosas si no la reciben.

Durante el período de construcción de la relación, Hilary a menudo acariciaba a Lola y hablaba mucho con ella. “Ella siempre responde bien a mi tono de voz, especialmente cuando le canto”.

Lola finalmente se convirtió en una gata educada. Ya no le tiene miedo a la gente. Saluda alegremente a Hilary y Brandon en la puerta principal y exige su atención, especialmente si están distraídos. “Si estoy hablando con alguien, Lola salta sobre mi regazo y hace ruido”, se ríe Hilary. Lola se apega más a unas personas que a otras (como cualquier gato que se precie). Ella siente que hay “su propia persona” a su lado y, según la niña, se esfuerza para que él también se sienta “especial”.

Cómo un gato cambió mi vida

amistad para siempre

Con el tiempo, a Lola le ha ido gustando la manta peluda que Hilary y Brandon usan para cubrir el sofá, y deja en claro que no quiere que se la quiten. Los jóvenes ya han aceptado el hecho de que la manta se ha convertido en una parte integral de su interior, así como las bolsas de papel y todo tipo de cajas, porque si una belleza esponjosa ha reclamado sus derechos sobre cualquier artículo, entonces lo hará. no te rindas ¡Nunca!

Hilary está justificadamente orgullosa de haber podido entablar una relación con Lola y admite que su vida sin un amigo peludo sería muy diferente. “Los gatos son más extrovertidos [que las personas]”, reflexiona la niña. “Tratan las pequeñas cosas con una actitud positiva” y no reaccionan ante ellas con tanto dolor como solía hacerlo Hilary. Si la vida antes de Lola se caracterizaba por el estrés físico y emocional, entonces en la vida con Lola hay lugar para los placeres simples: tumbarse en una acogedora manta o tomar el sol.

¿Cómo afecta a tu vida la presencia de un gato en casa? ¿Qué es lo que más te hace cambiar tu rutina cuando tienes una mascota? Su salud. Hilary dejó de fumar antes de tomar a Lola y nunca ha vuelto a su adicción porque ahora tiene un gato para aliviar su estrés.

Para Hilary, este cambio fue gradual. Antes de tener a Lola, no pensaba en el hecho de que los cigarrillos la ayudaban a aliviar el estrés. Ella “simplemente dejó que el estrés sucediera” y “siguió con su vida” y siguió fumando. Y luego apareció Lola, y la necesidad de cigarrillos desapareció.

Hilary señala que es imposible sobrestimar lo maravilloso que se ha vuelto todo a su alrededor con la aparición de Lola. Al comienzo de su relación, los efectos positivos fueron más pronunciados, “pero ahora simplemente se vuelven parte de la vida cotidiana”.

Ahora que Lola se ha convertido en una parte integral de la vida de Hilary, la niña se ha vuelto más estable emocionalmente. "Es triste cuando no puedes ser tú mismo", dice Hilary. “Ahora no escondo mi peculiaridad”.

Usando el ejemplo de Hilary y Lola, uno puede estar convencido de que un gato en una casa no es solo la convivencia de una persona y un animal. Esto es construir relaciones que cambian toda tu vida, porque el gato ama a su dueño por lo que es.

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