Congelación en un gato: signos clínicos y prevención.
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Congelación en un gato: signos clínicos y prevención.

Los gatos, al igual que las personas, pueden congelarse. Un tipo común de lesión cutánea es la congelación de las orejas de un gato. La mayoría de las veces, esto sucede en animales que viven en regiones donde la temperatura del aire exterior desciende por debajo de los 0 grados centígrados. Sin embargo, con el cuidado adecuado, puede prevenir fácilmente dicha lesión. Pero si el gato tiene las orejas congeladas, ¿qué hacer? ¿Y cómo ayudar si el gato todavía tiene frío?

¿Qué es la congelación en los gatos?

La congelación es un daño en la piel causado por la exposición prolongada a temperaturas bajo cero. Bajo la influencia de las bajas temperaturas, los vasos sanguíneos que irrigan la piel se estrechan. Cuando esto sucede, el calor, el oxígeno y los nutrientes que la sangre entrega a la piel se utilizan para mantener la temperatura interna del cuerpo. Como resultado, la piel se congela y se forman cristales de hielo dentro de las células de la piel, lo que hace que las células se rompan y mueran.

Este mecanismo tiene como objetivo preservar la vida, pero la congelación puede provocar daños irreversibles en la piel. La piel que cubre las extremidades, incluidas la cola, las patas, la nariz y las orejas, tiene mayor riesgo de sufrir congelación.

La congelación varía en gravedad. La congelación de primer grado es la forma más leve. Afecta sólo a la capa superior de la piel y normalmente no causa daños permanentes. La congelación de tercer y cuarto grado ocurre cuando la pata, la nariz o la oreja se congelan. Esto provoca daños irreversibles y deformaciones permanentes.

Signos clínicos de congelación en gatos.

Los signos de esta lesión son bastante fáciles de reconocer. Éstas incluyen:

  • cambio en el color de la piel: blanco, azul grisáceo, rojo, morado oscuro o negro;
  • enrojecimiento, hinchazón y dolor de la piel durante la descongelación;
  • ampollas que pueden estar llenas de sangre
  • la piel o las extremidades se sienten duras y frías al tacto;
  • piel frágil y fría que se agrieta al tocarla;
  • úlceras cutáneas;
  • piel muerta que se desprende.

Los signos de congelación pueden aparecer en unos días o semanas, especialmente cuando el gato tiene las orejas congeladas. Si, como resultado de la congelación, la piel se destruye, gradualmente se vuelve negra, muere y finalmente se cae.

Cualquier gato que viva al aire libre a temperaturas inferiores a 0 grados centígrados corre riesgo de congelación. Sin embargo, los gatitos y los gatos mayores corren un mayor riesgo de sufrir congelación, al igual que cualquier gato que tenga afecciones que reduzcan el flujo sanguíneo a sus extremidades, como diabetes, enfermedades cardíacas, renales o hipertiroidismo.

Qué hacer si tu gato tiene congelación

Congelación en un gato: signos clínicos y prevención.

Si el dueño sospecha que su gatito se ha congelado, se pueden tomar las siguientes medidas para ayudarlo:

  • Lleva al gato a un lugar cálido y seco. Según Animed, si un gato tiembla, tiene frío o está letárgico, es hora de empezar a preocuparse. Se debe envolver en toallas tibias calentadas en la secadora para que se caliente lentamente.
  • No frote, masajee ni aplique ninguna loción sobre la piel que parezca congelada. Puedes calentar la piel colocando el área congelada en agua tibia, pero no caliente; debe estar lo suficientemente fría como para sostener cómodamente tu mano en ella. También puedes utilizar compresas tibias. Da palmaditas suaves en las áreas afectadas con una toalla. No frote la piel y no utilice un secador de pelo para calentarla.
  • No es necesario calentar las áreas congeladas de la piel, si luego no será posible mantener constantemente el calor en este lugar. Si la piel se descongela y luego se vuelve a congelar, se producirán lesiones adicionales.
  • No le dé a un gato analgésicos destinados a humanos; la mayoría de ellos son tóxicos para las mascotas. Déle a su mascota analgésicos recetados, pero solo si los receta un veterinario.

Al cuidar a un gato con congelación, es importante llamar a su veterinario lo antes posible. Si es posible, debe acudir a la clínica para recibir primeros auxilios. Quizás un veterinario pueda asesorarle por teléfono, pero lo más probable es que le ofrezca un examen en persona.

Congelación en gatos: diagnóstico, tratamiento y prevención.

El veterinario examinará al gato y le informará qué otro tratamiento necesita. La congelación se diagnostica según la historia clínica y los resultados del examen físico. El especialista también proporcionará primeros auxilios al animal. En algunos casos, el tratamiento puede incluir antibióticos si la piel está infectada o corre riesgo de infección.

La congelación en los gatos es dolorosa, por lo que es probable que su veterinario le recete analgésicos. Después de eso, solo queda esperar para ver si la piel congelada puede recuperarse.

Es posible que tengas que llevar a tu gato a un nuevo examen porque los signos de congelación pueden tardar un tiempo en aparecer. En casos graves, cuando un área importante de la piel muere o existe riesgo de gangrena, puede ser necesaria la amputación del área afectada. Afortunadamente, incluso si un gato pierde la punta de la oreja debido a la congelación, esto no afectará su audición de ninguna manera.

La mejor manera de prevenir la congelación en un gato es mantenerlo adentro cuando la temperatura desciende por debajo del punto de congelación. Si el gato se niega a quedarse en casa o intenta huir, es necesario construirle un refugio cálido y seco en el aire, donde pueda descansar cuando afuera haga mucho frío.

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