El perro tiene miedo de estar solo. ¿Qué hacer?
Educación y Entrenamiento

El perro tiene miedo de estar solo. ¿Qué hacer?

Es importante descubrir por qué el perro tiene miedo de estar solo en el apartamento. En la mayoría de los casos, esto se debe a sentimientos de ansiedad. Esta es la razón más común para aullar. Un perro puede tener miedo a la soledad, porque en la naturaleza esto conduce inevitablemente a la muerte.

Además, el animal puede tener miedo de otros perros: el oído sutil de la mascota capta los ladridos lejos de la casa. Esta ansiedad es especialmente típica de los cachorros que fueron sacados de la perrera. Los científicos han descubierto que el entorno, desprovisto de estímulos para las emociones y la curiosidad del cachorro, ralentiza la adaptación del perro. Si el cachorro acaba de llegar a la familia desde la perrera, debes tener paciencia y permitirle compensar gradualmente la brecha en el desarrollo. Un mes después, la mascota podrá mostrar todas sus habilidades en la vida en sociedad.

Una vez que el cachorro haya recibido todas las vacunas necesarias, se le debe enseñar a diferentes sonidos de la calle, juegos con otros perros y encuentros con transeúntes. Para lograr un comportamiento tranquilo, asegúrese de animar al bebé con afecto y golosinas. Puedes, por ejemplo, guardar comida en el bolsillo y, cada vez que la gente se acerque, darle al perro un pequeño trozo de golosina y elogiarlo. Pronto el perro se dará cuenta de que las personas y otros perros no son una amenaza.

Otro motivo para ladrar es el deseo de mejorar su estatus y acercarse al líder de la manada. Si el cachorro es macho y se encuentra en la etapa de pubertad, esta es la causa más probable de los ladridos. En este caso, el dueño del perro debe reconsiderar sus puntos de vista sobre la crianza de una mascota lo antes posible. Lo más probable es que el dueño le permita demasiado a la mascota y, a la edad de dos o tres meses, esté tratando de tomar una posición dominante en la manada. Si el dueño es demasiado leal y permite que la mascota muestre signos de dominio (por ejemplo, poniendo sus patas sobre los hombros, como hacen los perros de algunas razas grandes), esto seguramente traerá problemas en el futuro. El cachorro debe tener claro desde pequeño quién manda en la casa. Esto se manifiesta, por ejemplo, en quién entra primero a casa después de caminar por la calle. El primero siempre debe ser un hombre, y sólo entonces un perro.

Es importante seguir cómo reacciona la familia cuando descubren que la mascota aulló. A menudo las personas cometen un error común: se apresuran a abrazar y sienten lástima por el perro, a veces incluso lo distraen con golosinas. No es así como deberías comportarte de ninguna manera. El perro concluye que es beneficioso sufrir, y esto no mejora en nada su comportamiento, sino todo lo contrario. Por tanto, resiste el deseo de sentir lástima por el pobre.

Por último, presta atención a cómo te comportas cuando sales de casa. Mantén la calma cuando te vayas, no corras hacia la mascota con abrazos compasivos. Cuando regreses a casa, mantén también la calma. No debes creer que el perro sobrevivió al dolor y apresurarte a recompensarlo. Que tenga la actitud adecuada ante tu ausencia de casa.

Si uno de los miembros de la familia encontró a la mascota aullando o ladrando después de que el dueño se fue, entonces el perro puede ser castigado. Puede ser un grito severo o un chorrito de agua fría dirigido a la cara del animal. Lo principal es que el castigo no debe ser físico.

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