El perro ataca a los coches. ¿Qué hacer?
Educación y Entrenamiento

El perro ataca a los coches. ¿Qué hacer?

La costumbre de abalanzarse sobre los coches es muy peligrosa tanto para el propio perro como para las personas que lo rodean: el conductor puede asustarse y crear una emergencia. La amenaza para la mascota es evidente: cientos de animales mueren cada día bajo las ruedas de los coches.

¿Por qué un perro ataca a los coches?

La razón exacta por la que un perro se precipita hacia los autos que pasan es difícil de establecer incluso para los cinólogos profesionales. Algunos creen que el problema está en los instintos: el perro cree que el coche es un gran objeto vivo que es peligroso. Otros piensan que a los animales no les gustan las ruedas giratorias; otros están convencidos de que la razón principal son los sonidos, incluido el crujido de las ruedas de las bicicletas.

Existe la opinión de que los perros sin raza tienen más probabilidades de tirarse a la carretera que los de raza pura. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Como regla general, los perros mal educados corren hacia los autos, y no importa en absoluto si se trata de una mascota de pura sangre o no.

Curiosamente, este mal hábito puede aparecer tanto en la infancia como en la edad adulta. Por eso es necesario socializar al cachorro a tiempo, luego reaccionará con calma a los objetos que pasan. Sin embargo, también sucede que un perro adulto bien educado y tranquilo, para el cual no se han notado antes tales arrebatos de emociones, de repente comienza a correr hacia los objetos que pasan.

Un problema similar es común entre aquellos animales que llegaron a la ciudad desde el pueblo, es decir, desde una casa particular. Después de un largo período de aislamiento del mundo exterior, responden mucho mejor a los estímulos urbanos.

De una forma u otra, la lucha contra los malos hábitos debe comenzar de inmediato. ¿Qué hacer si el perro corre hacia el auto?

Entrenamiento y paciencia

Corrija el comportamiento no deseado con un sistema de recompensas. Funciona mucho mejor que el castigo. Analiza qué le gusta más a tu perro: golosinas o elogios. Esta será su recompensa por su buen comportamiento.

  • Salga a caminar en lugares donde exista la posibilidad de encontrarse con objetos en movimiento: automóviles y bicicletas que a su mascota no le gustan tanto. ¡El perro debe mantenerse atado! Además, si la longitud de la correa no es regulable, coge la que sea más corta.

  • Tan pronto como sienta que el animal está a punto de correr hacia el automóvil, debe dar cualquier comando prohibitivo que la mascota sepa: por ejemplo, "¡No!" o "¡Fu!". Es importante no tirar de la correa, no romperla. Aguanta y no dejes escapar al perro.

  • Después de la prohibición, el llamado "¡Ven a mí!" sigue Si el perro responde, elógialo, dale una golosina.

  • Si la mascota no presta atención, se necesita un estudio por separado del par "prohibición-llamada".

En la segunda etapa, se entrena el movimiento sin correa para que el perro de campo reaccione con calma a los objetos que pasan:

  • No retire inmediatamente la correa: todavía no se puede confiar completamente en el perro. Para controlar a tu mascota, solo ata una cinta al collar. Si desobedece la orden, entonces puedes quedártelo.

  • El algoritmo de acciones es el mismo que en la etapa anterior. Tan pronto como pasa un automóvil, el propietario da un comando de prohibición y el comando "¡Ven a mí!". Si la mascota los cumple, se le debe elogiar o alentar. Si no, tendrás que volver al escenario con la correa.

  • Tan pronto como el perro haya dejado de cometer errores, se acerque a usted con confianza y obediencia, puede quitar la cinta de control.

La regla principal: si tiene poca experiencia o la mascota no obedece, no debe experimentar con el autoentrenamiento; esto solo puede agravar la situación.

Póngase en contacto con un cinólogo o zoopsicólogo: un especialista encontrará un enfoque específico para su perro.

Foto: Colecciones

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