Inna y Laima
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Inna y Laima

Nuestra historia comenzó en un día helado de febrero de 2012...

Saqué al niño del jardín de infancia y bajamos la colina en trineo. Allí vimos un perro bastante grande que corría entre los niños e intentaba jugar con ellos. Como no había ni un solo adulto en la colina, quedó claro que no tenía hogar. En aquellos días, las heladas nocturnas alcanzaban los -25 grados y, por supuesto, el perro se compadecía. Nosotros, que nunca bajamos la colina, la llevamos a casa y la alimentamos.

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