Cómo enseñamos a los perros comportamientos "malos"
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Cómo enseñamos a los perros comportamientos "malos"

A veces los dueños, sin darnos cuenta, enseñamos a nuestras mascotas comportamientos “malos”, es decir, reforzamos acciones no deseadas. ¿Por qué y cómo sucede esto?

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La cuestión es que los perros son criaturas sociales. Son extremadamente sensibles no solo a los “mensajes” de sus familiares, sino también al lenguaje corporal de las personas, así como a la entonación de la voz, y entienden estas señales mucho mejor que las palabras. Además, los perros en cualquier situación incomprensible son guiados por una persona importante, y para nuestros amigos de cuatro patas, es a quien consideran el dueño. Es por eso que el comportamiento del dueño, al igual que el comportamiento de otros perros, afecta directamente el comportamiento de tu perro.

Es difícil vigilarte a ti mismo, pero si tienes dos perros, por ejemplo, puedes vigilarlos. Si las mascotas son amigables, corren juntas (y los movimientos a veces son sincrónicos), duermen y juegan al mismo tiempo, y si un perro ladra, el segundo lo apoya. Y cuanto mayor es el apego, más “sincroniza” el perro su comportamiento con otro perro o persona.

Las científicas francesas Charlotte Duranton y Florence Gaunet realizaron investigaciones en 2015 y 2017, que llevaron a las siguientes conclusiones:

  1. Los perros son excelentes para leer las señales de las personas.
  2. El estado emocional del dueño afecta el comportamiento del perro.
  3. El comportamiento humano (incluyendo su atención) afecta el comportamiento del perro.
  4. El perro mira en la misma dirección que el dueño.
  5. En cualquier situación incomprensible, el perro espera pistas del dueño.

Entonces, si en el proceso de corregir el "mal" comportamiento del perro, el dueño no cambia su propio comportamiento, no debe contar con el éxito.

Tome tal problema del comportamiento del perro como miedos. ¿Cómo puede una persona enseñarle a un perro a tener miedo?

  1. Comportarse de manera ansiosa o autoritaria. Si el dueño mismo tiene miedo de todo o no puede brindar un apoyo competente al perro, ¿cómo puede ser valiente?
  2. Traiga la imprevisibilidad, el caos a la vida de un perro y castíguelo. La imprevisibilidad y el castigo son la mejor manera de privar a un perro de la confianza en sí mismo y de la seguridad del mundo que lo rodea.
  3. Inadvertidamente reforzar el miedo (por ejemplo, acariciar a un perro cuando tiene miedo, o decirle con voz cariñosa: “Bueno, tú buen perro, no tengas miedo”).

El comportamiento “malo” se refuerza cuando el dueño le habla cariñosamente al perro y lo engatusa usando marcadores del comportamiento correcto “Bueno, tú buen perro¿Por qué estás haciendo esto?" o cuando el perro obtiene lo que necesita como resultado de sus acciones (por ejemplo, la atención del dueño o un pedazo de la mesa).

La conducta que no se refuerza desaparece. Por lo tanto, es extremadamente importante que el propietario no refuerce el comportamiento "malo", y constantemente, y no de vez en cuando; después de todo, el refuerzo variable es incluso más efectivo que el constante. 

Mucha gente piensa que permitirle a un perro lo que siempre está prohibido, una vez, no hace daño. Pero el perro no entiende esa lógica. La consistencia le importa. Y lo que no siempre está prohibido siempre está permitido.

La medida en que se manifiesta el comportamiento "malo" del perro depende con mayor frecuencia del propietario: de su capacidad para entrenar a una mascota, su conocimiento en el campo de la psicología canina y los métodos que elija.

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