urracas graciosas
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urracas graciosas

En nuestro patio, dos urracas alegres de alguna manera terminaron. Aparentemente, su vida era aburrida y su temperamento infatigable exigía entretenimiento, y decidieron, habiéndose unido, tomar el negocio de una variedad de ocio en sus propias manos ... alas ... bueno, en general, hacerlo por su cuenta.

Y cuidaron de la víctima, un gato angora local, que en las mañanas salía por la ventana del primer piso para caminar solo. Esperaron hasta que el gato salió al camino o se sentó en el banco, y luego comenzó la diversión. Uno de los cuarenta se coló cautelosamente detrás del gato y tiró de su cola. El gato se volvió irritado hacia el agresor, pero en ese momento otra urraca del lado opuesto repitió el mismo truco. El gato volvió a darse la vuelta… en general, se entiende. El entretenimiento podía durar mucho tiempo, y de vez en cuando las urracas comenzaban a reírse de forma natural, y después de reírse, volvían a tomarla por víctima. Hasta que el gato, completamente exhausto, huyó de casa de la forma más vergonzosa. Era una lástima para el gato, pero las urracas lo admiraban, y al verlo se divertía bastante. Se divertían así todas las mañanas, hasta que el gato dejó de aparecer en el patio, o abandonó los intentos desesperados de hacer un paseo, o se mudó a algún lado. No sé qué pasó con las urracas. No los volví a ver en el patio. Quizás se mudaron a vivir a un bosque cercano, o quizás encontraron una nueva víctima en alguna parte.

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